Esto que ud leerá a continuación:

No es un libro de cuentos, pero tampoco es algo serio. No es un enlace de actualidad, no quiere analizar el mundo ni arreglarlo. Solo es el reflejo del tiempo libre (ocio) que tiene esta persona que escribe y que es a la vez el editor y diseñador. Si le gusta la apariencia de "esto" y quizas le gustaría intervenir en lo "vuestro", ya sabe donde dejar el mensaje, despues del bip.

Nota del editor: eso de "esto" interviniendo en lo "vuestro" puede ser muy sugerente...para algunos.
Nota del escritor al editor: Tu mente, tu mente!

Ahora, Ud., nada más tiene que leer

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72.- El Ala de un ángel.

octubre 27, 2008

Hace casi una semana que contraté junto a Piwi, internet móvil para tener acá en el ocupa. Ahora comprenderán por qué escribo a eso de las 4:40 (como Juan Luís Guerra), teniendo la misma canción de Lucybell sonando hace rato.
MSN: Off.
Gato comiendo: On (mete bastante bulla con su "crunsh crunsh..")
Esto lo pretendía escribir mucho antes de tener en mi cabeza tantos torbellinos que me revuelven la mente y el estómago. Sí, más, aun más de los que pasan en general y de los ya conocidos torbellinos de Una.
¿Quién pierde cuando pierde?. He de preguntarme esto, ya que tengo serias dudas respecto al trasfondo de la palabra "perder".
Le dije a alguien que cada vez recuerdo menos: "Más vale arrepentirse de lo hecho, que de lo no hecho". Y es cierto, por más mierda que se nos haga sentir, o que nos de por auto convencernos de que no somos en verdad valiosos, creo hoy, firmemente en la gran valía de la entrega al 100%. Y que como me dijo un villano cara a cara: Yo me atrevo, yo entrego, yo sé lo que es eso...y todo esto, nadie me lo puede quitar, aunque curiosamente sean cosas entregadas, se quedan para siempre dentro de uno, por que uno sabe hasta donde llega el abismo de una tristeza por amor, una sabe también hasta donde llega el cielo por la felicidad que nos da la felicidad del otro, Una sabe, por experiencia propia lo que es amar sinceramente y desde el fondo mas profundo del corazón, Una se queda con la satisfacción y convicción (comprobada empíricamente, como diría Capita), que al hacerlo de esta manera, la paz cubre la mente, la tranquilidad, el sentirse fiel, leal, provoca que el amor recompense más allá del término.
Es tocar el ala de un ángel, es vivir la entrega al limite, sin miedos, tirarse en caída libre desde la montaña que se decidió escalar, y sonreír.
Y tengo quizás no tanto amor, o quizás si, pero lo llevo resguardado celosamente en mis bolsillos, en los que he decidido llevar a personas, que ajenas a lo que es mi familia que en tema de amor es completamente aparte; están ahí, entonces yo mientras camino eternamente por el mundo, meto mis manos y siento que van conmigo. Mis extremidades, con las que camino, salto y dibujo paisajes nuevos todos los días. Irreemplazables para mi. Para ustedes, quizás Una sea alguien con demasiado apego para ser "normal" o "sano". Como sea, sin uno de ustedes no correría, no pintaría, ni abrazaría de la misma manera.
He de decir que he aprendido miles de libros en estos años. He aprendido y aplicado, sí, también me sigo equivocando, pero eso a un Lince como Una le pasará miles de veces, por eso lo que aprende y hace correctamente, es causa de orgullo. Por aprender a ser una mejor persona.

Y me emociono tanto, que me encantaría ocupar el poder de mi mente para tenerlas aquí haciéndome cariño.


Nota del editor: Esta jura que es harén la weá!
Nota 2 del editor: Yo no tengo la culpa que me pique tanto la espalda.

71.- A la luz sin revelar

octubre 17, 2008

Tal como cuando se ponen los papeles bajo el líquido revelador
Tal como se usa una ampolleta que no alumbra mas que lo suficiente
Tal como no se ve
Ni se aclara
Tal como las imagenes tardan en mostrarse al 100%
Tal como confusa agua que al detenerse y esperar revela
Y tal como si se hubiese encendido la luz
o sacado y colgado el papel antes de tiempo

Hoy veo la imagen a clara luz
No se entiende bien el transfondo
pero si los contornos
me basta, me basta y me sigue bastando.

Ya me llamaron de box 3 y ya tengo el claro diagnóstico.

Nota del editor: Si ud. no entendió, lo que se quiere decir es que la verdad siempre va a ser lo mejor y más sano.

70.- En mi sala de espera.

octubre 15, 2008

1 corrieron una teja en mi tejado  













Here I'm
Lo que quedó de mí
y algo de más que aun se queda conmigo.

En Stand by
Tratando de acomodar mi humanidad
En el frío reposo dispuesto

Para ser completamente sincera
He pasado el tiempo aquí,
Entre mi música y algún que otro dibujo

Cada nota tiene algo de esa voz
Los acordes me llevan a sensaciones perdidas
Y finalmente termino pateando todo
Golpeando murallas.

Los trazos que formaron redes
Dibujos, bosquejos, contornos
Hoy los veo y se ven borrosos.
Como diría Cerati: "El aire me ciega, hay vidrio en la arena"

Sigo, el tiempo se queda y yo paso
Paso sentada!
Y veo como la gente se va,
alguno me ofrece un vaso de agua
otro algun cojín

Sigo aquí, termina un turno, empieza otro
Y al final el ciclo resulta infinito

No me llaman!
Se abre la puerta del box 3
Se aprieta mi vientre y giro la cabeza
No, no es para mi.

Uhm...Turno de noche. Apagan las luces
¿Que si me voy? No, no thanks.
Sigo aquí, despues de todo la silla ya está caliente.

Se apaga todo, siempre en orden
Desde el final hacia donde estoy yo
Click...click...clik
Hasta llegar a mi click
y ver nada mas que el reflejo en el piso pulido
de alguna que otra luz del exterior

Estoy tan sola que hasta el sueño me dejó.
Bueno, el insomnio es más fiel (y permantente) que otros muchos.

Y las lágrimas por mas que me empeñe en espantarlas, ruedan y ruedan.

69.- Aunque usted no lo crea...

1 corrieron una teja en mi tejado  

Hoy se llevan a mi weoncillo (Oliver) para desvirilizarlo. Es muy triste el hecho que nunca se va a aparear con alguna sexy gatita, usted que lee este aburrido blog, seguramente sabe en carne propia lo que es la dicha sexual, la que ud. goza, gozó, o al menos la envidia. Como sea, el punto es que está al tanto de lo que involucra el acto.

La personalidad (very) sexual de Una, hace que lamente y sienta compasión por mi gato, ante la abstinencia de este placer único en su clase, pero...para ser sincera, después me pongo a pensar en que mi gato es abiertamente gay y que El Rusio (su "amigo"), se da sus vueltas de vez en cuando por el vecindario, entonces…que no sea el padre de una familia heterogatuna, ya me está dando lo mismo. Mientras sea feliz y amado, yo aceptaré a mi hijo tal cual es (jajaja).

Bah!, inevitablemente me veo involucrada con el tema, ya que estamos hablando de sexo.

Para mi, es (era) una adicción. Sí, adicción a la que no me pude negar por más de una semana durante 6 años seguidos. No les contaré cuanto llevo sin sexo, ya que no es a lo que apunto con esta entrada…simplemente es mi entrada número 69, y a mi gato le quitarán los conteiner. Todo relaciona esta entrada con la cosa seshual.

No tengo deseo, he de decir. Y no tengo ganas de desear tampoco. Tengo entendido que en nuestro cerebro existen dos secciones (sex-iones) importantísimas relacionadas con las emociones y el raciocinio; se trata de la amígdala cerebral y la corteza cerebral, respectivamente. Bueno, dependiendo de la situación actua la primera, que es todo el instinto, emocion, lo primero que “se viene a la cabeza”, ante amenaza o impulso, pum!, actua. Una vez que se ha actuado. La corteza cerebral comienza hacer el catastro de la situación y se ve si es que se liberó correctamente el peligro o el estímulo relacionado. Si la respuesta es sí, se generan nuestras sagradas endorfinas.

¿Qué para que tanta vuelta? Ehm…las vueltas son para alargar un poco el tiempo para no llegar donde tenemos, jajaja, a ver…eso fue una introducción para explicar lo que me pasa. Puedo tener ( y he tenido), mil estímulos externos, pero mis amígdalas no están procesando. El cerebro maestro tiene tanto control que si uno –valga la redundancia- controla ese poder, llega a mutar las sensaciones y respuestas naturales de nuestro cuerpo. Podría decir que algo así me pasó a mi, tomé sin querer queriendo las riendas de mis amigdalas y las frené de golpe y porrazo. Control. Cerré la puerta de mi líbido, lo dejé encerrado o simplemente murió. No es que tenga plancha o vergüenza de mostrarme a alguna otra persona, para nada. Mi ego sexual sigue intacto, estancado en actividad, pero intacto. Es simplemente que en este caso mi corteza cerebral recubrió mis ojos, mi cuerpo, mi sexo. Soy todo pensamientos, parte del congelamiento del que he hablado en otras entradas, es congelar tambien mis deseos. Y ya está pasando.

Me quedo en la sala de espera, mientras las luces se apagan y el doctor no sale a llamarme.

De esto hablaré en un rato más, ahora tengo que salir al banco.

Que excitante.

68.- At the Mirrow

octubre 08, 2008

3 corrieron una teja en mi tejado  

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Este último tiempo ha pasado más seguido (por no decir que más de una vez, como lo hacemos cada 2 meses, jaja). De un momento a otro nos ponemos de a cuerdo de la nada y salimos juntas y bien solas. Caminamos por nuestro tradicional camino (he de decir que hasta en esto nos parecemos), vamos a nuestros lugares típicos y pedimos la orden. Luego...se viene el frente a frente. Nos sentamos, nos contamos los recientes secretos y finalmente reimos de todo.


Mitad.

Eso eres tú.


Si todo falta, de alguna manera tu haces que se me olvide por un rato.


Si algo te falta, me entrego por completo con tal de distraerte un segundo.


Así es como nos juntamos a conversar "en serio" estas contadas veces. Y ya las dos sabemos lo que se viene.
Un esfuerzo tremendo (que haga que valga más la pena) y un descanzo del alma a posterior. Todo este casi tenso proceso (traumas que se agradecen a los culpables), se hace más facil con papas fritas o con una empanada de camarón gritón queso. Mientras vivimos el lapsus de espera, empezamos con los quiz pre quo -si no vio el silencio de los inocentes, dificil que entienda esa expresión- y ya cuando están lista y comemos, el asunto se convierte en "atoraciones" (jajaja), risas, sorpresas y el típico "yo sabía, conchetumare!".


No me queda mas que agradecer el que estés en mi vida. Incluso que seas mi vida.

No me queda mas que flotar en las nubes (saludos a la Nato, jajaja) que me haces ver y sentir.

Nuestros sueños, el somnus sonus.


¿Con quién más te vas a juntar a conversar de poesía, a menos que sea por msn y pa jotiar? JAJAJA, eso fué ácido, I know, pero es cierto (nota del editor: somos escasas en nuestra especie, creo que por eso se valora aun más. Escasas, por no decir "raras")

Contigo mi Yin, ya casi no se si sorprenderme cuando conoces algunos de mis poemas o canciones favoritos, o ver tus reacciones, que son igual a las mias (nota del editor: a nosotras no más se nos ocurre darle toda la plata al weón que canta bonito en la micro, jajajaja). Todo mi Yin, el orgullo, la manera de actuar, incluso hasta usamos las mismas palabras.
SAL DE MI MENTE, MIERDA!!

Pero nunca te vayas de mi corazón.

(nota del editor: Lo más bakán fue llegar a casa en el arcoiris de los Skittles y tener ese gusto hasta dormir y despertar y volverlo a sentir. Te amo, mi washo pelao)

(última nota del jodido editor: Atte.: Tu Yang)

67.- Metro

octubre 06, 2008

Volviendo a mi estilo "Bradshow" de escritura, en el que las/los incluyo a ustedes, mis amados lectores en este análisis de la vida cotidiana v/s lo tan único e irremplazable que podemos llegar a sentir, me gustaría tocar el tema de nuestras vergüenzas sociales.
Llevar algún equipo electrónico portátil para escuchar nuestra música, es un medio de desconexión de lo que estamos en cierto modo "obligados" a vivir; ya sea el roce con personas extrañas en la micro, sus conversaciones, sus olores, y lo largo que se hace el viaje a nuestro destino. ¿Saben que es lo más genial?, cuando veo a algunas personas cantar en voz alta lo que escuchan y que el hecho de ellos no escuchar al resto de la gente, hace ver como que a ellos tampoco los escuchan. Es genial.
A mi lo que me pasaba en los años del walkman (yo tenía uno azul), era que al venir de mis viajes (eternos) de los estudios, practica y trabajo a casa, me ponía a escuchar la radio. y en ese tiempo habían abarcado recién al publico "lolo" estos programas radiales de interacción con el escucha. Comprenderán que yo, Bárbara Inostroza, la mujer de la risa menos piola del mundo dejaba la media cagá en la micro cuando escuchaba alguna estupidez que encontrara graciosa. Y como iba con mis audifonos, hacia como que no veía, como que el audifono tapaba también mis ojos y solo miraba de reojo las caras de los pasajeros, quienes se espantaban o contagiaban con mi risa (he de decir que casi siempre causo lo segundo, jaja).
Como sea. La versión inversa de esta situación la viví el domingo, en que por más que me aguanté, por mas que llevo un entrenamiento para que mis ojos se traguen las lágrimas, no pude.
Y agaché la cabeza...sollocé y me limpié los mocos a lo cabro washo al salir a estación Irarrazaval. Al final mis párpados son un dique que cuando cede a la presión contenida, todo se inunda. En fin...los audifonos nuevamente me aislaron del abrazo deseado que tanto rechazo. Y de la plancha de llorar sin contención.

(Y las canciones no pararon por un buen rato)

Nota del editor: Recuerdo haberme acercado a una niña que lloraba desconsoladamente...me dio tanta vergüenza, pero más pudo la pena que me causaba ver sus manos tapando su cara como negando su realidad. Se espantó ante mi "¿puedo ayudarte?", pero me dió una sonrisa que contrastó perfectamente con su nariz y ojos tan enrojecidos.

66.- Poetry

octubre 03, 2008

1 corrieron una teja en mi tejado  

[Que joda cuando te sacan las ideas de tu cabeza
las ideas inexpresadas
y le ponen las malditas/precisas palabras.]

No es nada de tu cuerpo,
ni tu piel, ni tus ojos, ni tu vientre,
ni ese lugar secreto que los dos conocemos,
fosa de nuestra muerte, final de nuestro entierro.
No es tu boca —tu boca
que es igual que tu sexo—,
ni la reunión exacta de tus pechos,
ni tu espalda dulcísima y suave,
ni tu ombligo, en que bebo.
Ni son tus muslos duros como el día,
ni tus rodillas de marfil al fuego,
ni tus pies diminutos y sangrantes,
ni tu olor, ni tu pelo.
No es tu mirada —¿qué es una mirada?—
triste luz descarriada, paz sin dueño,
ni el álbum de tu oído, ni tus voces,
ni las ojeras que te deja el sueño.
Ni es tu lengua de víbora tampoco,
flecha de avispas en el aire ciego,
ni la humedad caliente de tu asfixia
que sostiene tu beso.
No es nada de tu cuerpo,
ni una brizna, ni un pétalo,
ni una gota, ni un gramo, ni un momento:

Es sólo este lugar donde estuviste,
estos mis brazos tercos.

(Jaime Sabines)


Es complicado.