En mayo 9 de 1995, cuando tenía 15 años, tuve mi primera operación. Fue en el hospital clínico de la UC, el doc a cargo de mi contención emocional se llamaba Claudio, cuando me puse a llorar de miedo, me acarició la frente, sonrió con su hermosos dientes y me dijo:
- Te pondremos algo para que te calmes, ¿ok?...no te dolerá, por que ya tienes las vías puestas, así que las pondremos de ahí mismo.
Pasaron unos 3 minutos y volvió frente a mí y siguió hablándome dulcemente:
- Ya estas lista, quiero que cuentes de 10 a 1, y vayas cerrando los ojos...
Y el mundo giró, mientras mi cerebro aferrado a la conciencia, lo detenía...pero la droga claramente hizo su efecto, y cuando pasaba, me aplicaban más.
8 Horas, de taquicardias provocadas, para saber donde quemar, 8 horas que mi madre esperó sola afuera del pabellón, 8 horas en las que el gringo a cargo se agarraba la cabeza y decia que no podía creer cómo seguía viva.
No quedé 100% bien, nuevamente medicamentos y una nueva programación para diciembre 04, para que nuevamente los gringos me tomaran entre sus bisturís. Esta vez la operación duró 12 largas horas, en las que yo ya sabía a lo que me enfrentaría, por lo que iba con más miedo aun. Mamá nuevamente me esperó fuera, inamovible, hasta verme salir con miles de mangueras y tubos, hecha un trapito, y finalmente, sana.
Desde ese tiempo, han pasado 14 años, entre los cuales he carreteado en extremo, me he apartado del mundo, he vuelto, he muerto emocionalmente, revivido y no dejarme morir. He visto como crecen mis 4 hermanos, he visto que a veces se enferman y yo me desespero. Yo, sobreviviente, entiendo el porqué de cada restricción de mi madre, sin duda yo, sería peor.
Es por esto, finalmente...que me enorgullecen mis 30. Le gané a la muerte, y nunca dejé de sonreír. Y espero no dejar de hacerlo.
- Te pondremos algo para que te calmes, ¿ok?...no te dolerá, por que ya tienes las vías puestas, así que las pondremos de ahí mismo.
Pasaron unos 3 minutos y volvió frente a mí y siguió hablándome dulcemente:
- Ya estas lista, quiero que cuentes de 10 a 1, y vayas cerrando los ojos...
Y el mundo giró, mientras mi cerebro aferrado a la conciencia, lo detenía...pero la droga claramente hizo su efecto, y cuando pasaba, me aplicaban más.
8 Horas, de taquicardias provocadas, para saber donde quemar, 8 horas que mi madre esperó sola afuera del pabellón, 8 horas en las que el gringo a cargo se agarraba la cabeza y decia que no podía creer cómo seguía viva.
No quedé 100% bien, nuevamente medicamentos y una nueva programación para diciembre 04, para que nuevamente los gringos me tomaran entre sus bisturís. Esta vez la operación duró 12 largas horas, en las que yo ya sabía a lo que me enfrentaría, por lo que iba con más miedo aun. Mamá nuevamente me esperó fuera, inamovible, hasta verme salir con miles de mangueras y tubos, hecha un trapito, y finalmente, sana.
Desde ese tiempo, han pasado 14 años, entre los cuales he carreteado en extremo, me he apartado del mundo, he vuelto, he muerto emocionalmente, revivido y no dejarme morir. He visto como crecen mis 4 hermanos, he visto que a veces se enferman y yo me desespero. Yo, sobreviviente, entiendo el porqué de cada restricción de mi madre, sin duda yo, sería peor.
Es por esto, finalmente...que me enorgullecen mis 30. Le gané a la muerte, y nunca dejé de sonreír. Y espero no dejar de hacerlo.
Fin_