87.- Días que siguen (ya poh, cortala!)

Sigamos ventilando mi vida.

Domingo al medio día, after Teletón. Camino a casa.

Antes de entrar a la estación de Metro, llamé a Meme, quería verla. Lamentablemente no nos pudimos juntar, ya que tenia planes. Amurradamente, seguí con la cabeza gacha, derechito al ocupa. Al llegar, eran cerca de las 14:00 hrs., cargaba mi mochila en la que llevaba el notebook y algo de ropa. No sé cuantos grados habían, pero lo que sí sé es que aparte de la mochila, llevaba caña, calor, y sumemos el que me sentía tan pegoteada! a decir verdad, estaba sintiéndome un helado derretido, y como es mi costumbre, empecé a desnudarme a penas entré a casa. No, nunca me ha pasado que Piwi me pille haciendo eso.

Nota del editor: Sirve mucho que tu compañero de depto. sea un bullicioso de mierdi.

Así como Dios me envió al mundo, saqué el notebook, el Firulaise (huawei), me conecté (como es obvio) y mi Yin me habló enseguida. le dije cuanto la extrañaba y si acaso nos veríamos ese día, que quería tomar algo o comer, no sé. Como era de esperarse en una persona con tanta vida social, Yin ya tenía planes, así es que me invitó a ver un partido por allá en los cerros de Heidi. Dijo: "pero y compramos chela y tomamos mientras vemos el partío po!". Y bueno, como me cuesta poco prender, le dije que sí de Una. Acordamos la hora y el lugar y nos despedimos.

Para sorpresa, creo, llegué más temprano de lo acordado al lugar donde quedamos de juntarnos, la esperé un par de minutos en el metro, mientras jugaba con mi reflejo. Las Converse entre más carreteadas, mas lindas, más amadas -pensé- se veían gloriosas con sus marcas de pisoteo.

Finaly, Yin llegó. Subimos y corrimos al auto donde nos esperaban las otras chicas (amigas de Yin). Sentí el hambre, y me di cuenta que ya eran las 16:00 hrs., y yo no había comido nada en absoluto, así es que comprenderán que cuando las chicas nos invitaron unas pafritas del Mc Donald fue, practicamente algo caído del cielo. Mientras las niñas pasaban a comprar los comestibles, con Yin nos dedicamos a los bebestibles.

Un six pack Heinecken. Helado, muy helado. Me sentí como el que pasa en auto por la carretera cuando todos le hacen dedo. Me sentí envidiable a decir verdad. Es que si ustedes supieran el calor, galla, se mueren de envidia al verme con esas cervezas tan helaiiiitas, jaja.

Ya en el auto, devoré mis papas fritas, comí un par de nuggets, iba masticando mientras el viento se metía violento por la ventana del 206. Llegamos. ¡Que lugar más lindo! -pensé- ¡lo que hace la plata!! -refunfuñé- ...Anyway, me senté en una de las sillas que habian en la terraza dispuesta para ver todas las canchas al rededor (y a todas las que jugaban) y abrimos las dichosas botellas.

Glú...glú...ahhhh....
"mira, esa es cabezona"
Glú glu....gluuu
"miiiira jajajaja, se la perdió!!"
Glú glú....berpssss...glú
"...de que te estaba hablando?"

*Bueno, quizás saben los efectos que tiene tomar despues de haber tomado.

Yin me mira, terminando su cerveza, sonríe y dice: "Vamos por la otra?"

Y así, empezamos a hablar de todo. El efecto que tiene el alcohol en el músculo lingual siempre me ha sido un gran misterio. Quizás fue mezcla de todo, con Yin lamentablemente ya no nos vemos tan seguido...aunque no tan lamentable si veo las causas: Se está sacando la mierda en la U, cumpliendo lo que quiere. Así es que por ese lado, solo fuerza y apoyo.

Esta falta de tiempo, hace que hablemos quizas poco, pero mas...¿como decirlo?...consistente. Esa es la palabra, es como comer la médula de un hueso, es el centro protéico de todos nuestros pensamientos. Y bueno, nadie es perfecto, por lo que en ocasiones estos pensamientos en común, se nos inclinan más hacie ese extraño lado oscuro que tenemos. Y mala mezcla, esa, la del rencor y la de la venganza.

Pero ese no es el tema, sino que al bajar de el futbol efervecentemente motivadas, pasamos al parque, luego de aburrirnos un rato, fuimos al super nuevamente y compramos pichanga y jugo rojo. Nos echamos en el pasto, en medio de los arboles (en el fresquito, como dice mi abuela), nos tiramos ahí: el Ying y el Yang, como el perro y el gato a ver los arboles bailar arriba de nuestros ojos, a sentir el pasto en la espalda (puta que pica, jaja), analizar, recordar y hablar... a veces mas que nada suspirar.

Me separé de Yin contenta, solo mañosa por que nos teniamos que ir cada una por su camino, pero al fin y al cabo ya habia tenido de su energia y yo había podido entregarle de la mía.

Mañosié y llamé a Meme. Despues de ayudarle en algunas cosas que hablaré después, fuimos a casa a comer comida China. Bueno, lo que quedó de lo que nos comimos en el camino, el olor a Wantán es verdaderamente irresistible, más para mí, que amo comer cuando voy caminando.

A modo de reflexión, siento que estamos viviendo una etapa de nostalgia por lo bueno, pero no en mala onda, sino que por el contario, es casi como el ejercicio mental de sacar las cosas del baúl para limpiarlas y guardarlas denuevo. Una nostalgia dulce, que al intercambiar estos recuerdos, se han convertido en lo bueno que nos va quedando, para seguir viendo la vida con los ojos de un niño pequeño que aun no sabe de la muerte.

*Si ud. quiere suspirar, no lo reprima, por más tóxico que sea el aire que entra a sus pulmones.

Nota 2 del editor: Cómo dijimos con Yin, fue un día hermoso, nicagando un fomingo.