103.- (Siento x 3)

...Y todo es tan frío aquí...

No creo en las coincidencias. Así es que usted que se aburre leyéndome comprenderá que este día nublado no lo doy por sentado. Cuando algo es distinto y casi pensado and shit happens, rara vez viene solo, siempre trae su colita de la cual podemos agarrarnos. No piense mal, no es que yo esté constantemente agarrando de la cola, jaja.

En lo que sí creo es en los instintos. Estos que nos tratan de gobernar, estos que inexplicablemente nos dicen más de una vez, todo lo contrario de lo que nuestra mente nos impele. Y el día de hoy, me siento tranquilamente sumisa a ellos, yo, este ser tan cabrón que escribe, dejo por esta vez que me indiquen el camino, que hasta parezca hormonal/temperamental. Que me importe nada nada, tal como la Casal.

"¿Y a que viene todo esto?" (quizas se pregunte usted). Bueno, le respondo.

Rara vez he asumido mis necesidades emocionales, ya eso lo debería tener como conocido. Más aun me cuesta, costaba más bien dicho, decir a una persona: "Te necesito". Pero hace ya bastante, un día en el que me vi lejos de cierta gran persona, lo único cuerdo e hilado que salió de mi corazón y mi teclado fue precisamente eso: Te necesito.

Siempre la necesito, aunque se que la tengo, aunque sepa que es una de las únicas cosas que sé realmente en la vida. Nunca es suficiente el tiempo en que estamos juntas, siempre queda algo pendiente, me atrevería a decir que ni reencarnando mil vidas sería suficiente. A veces me angustia el hecho, lo sé, me pregunto si será enfermizo, digo que quizás, pero mientras no haga un daño permanente o malintencionado, no veo que tenga que ser algo malo o perjudicial.

Yo no sé que tenemos. Pero vaya que lo tenemos.

Hace dos días, me arranqué a verla. Entre su insistencia y mi entrega no quedaba más resultado que ese, así es que dije: ¿qué es lo que hago aquí extrañándola?, agarra un bus y marcha!". Adivinen: Me hice caso, y a eso de las 22.20 salía mi bus a su región.

Nota: Por si usted no lo sabe, hablo de Natalia, quien vive en la V región, y yo en la RM extraño los 365 jodidos días del año, su presencia.

Al llegar, el abrazo felino fue lo primero, luego el escaparnos sutilmente del mundo para conversar, para poder demostrar en paz, lo típico de los gatos, pues, señores...¿ven que somos sigilosos y misteriosos? (aunque a veces nos topamos con gatos más astutos que nos sacan la foto de lejos, como se dice en buen chilensis!, jaja), es simple. La gente no entiende que debemos refregarnos mutuamente, JAJAJA.

Se que esto no hablará quizas muy bien de mi. Pero amo el marmoteo pasivo que tenemos. Eso de estar nadaciendo, el rascarnos la cabeza mutuamente, el abrazo de lado, de frente, cruzado, (arriba y cruzado por sobretodas las cosas...jajaja), y tener esa carrera mental de dos felinos sobre alguna amplia pradera de la selva africana. Creo que más que nada la gente o los animales de este tipo, amamos y apreciamos aun más el lenguaje paralelo al escrito o hablado. Es la capacidad de ir a la misma velocidad por la misma vía, incluso la capacidad de frenar al mismo tiempo. Es...comparable a la sensación que se da cuando se está tocando música con más de una persona y al llegar al final se improvisa algo y se para al mismo tiempo con un "tan...tan..taaaaaaaan". Esa es energía pura, energía en potencia que hace que cada pelo de nuestra piel se erice. Un cierre perfecto.

Y eso me pasa con ella. Siempre. Hoy al venir camino a Santiago, extrañándola, pensándola, di con otro clavo de mis tablas mentales: La necesito por la paz que me entrega, por la tranquilidad que yo tambien le puedo dar, por las ganas incontenibles de pasar mi vida junto a ella. Eso me hará siempre volver. Siempre burlar a la distancia con la que nacimos la una para la otra, nunca rindiéndome, rindiéndonos.

Hasta quizás usted conozca a este felino gran, a quien incondicionalmente, amo. Con cada átomo que conforma mi cuerpo y espíritu.


Nota 2 del editor: No me sorprende que ya quieras volver. Y que por estar un rato más ahí, arriba y cruzado, hayas viajado a las 06.00 am!!


No importa, lo mejor fué adormecerme con esa música y nadar en eso tan consistente...