109.- Lu Actualitè (jajaja)

Holas.
He de sentirme en la obligación ególatra de contarles algo que ocupa mis pensamientos ultimamente: Mi cambio de casa, ocupa, departamento, o como se le llame. Debo moverme de ahí a fines de este mes, por fín de contrato de arriendo y por que en verdad la vida me está diciendo de una manera sutil que ya es hora, que las cosas estan cambiando al rededor y que es mejor partir.
Este hecho lo sé desde hace cerca de 4 meses, mas menos. Desde ese tiempo he visto uno que otro lugar, pero no he concretado nada, ya que no se puede reservar por más de un més de antelación, que no me gustan los lugares vistos, que compartir o no compartir, etc., a todo esto le sumamos que el periodo de mis vacaciones me jugó un poco en contra referente a esta responsabilidad, la fecha no fue quizás la más indicada para esto; desde el 20 de febrero, hasta el martes 10 de marzo. Ahora bien, quizás no fue la fecha en sí, sino la manera en la que se vivieron los días...para ser sincera, hace mil tiempo que no me pasaba que no quería volver a mis obligaciones, tan fuertemente, que hacía presión mental desde el más infimo átomo de mi ser para que los días de irresponsabilidad se alargaran a meses y años. Mala la weá.
Pero...aquí me ven, transmitiendo desde el escritorio de mi pega, y lo que dije acerca de la responsabilidad, se me pasó al momento de notar que sí, realmente hay trabajo que hacer, y que no lo hará ni mi jefe ni un compañero, lo hará la Babucita Pequeñita Poreciiiiiita! jaja.
He de confesarles algo: llegado el momento de volver a Santiago y darme cuenta que sí, efectivamente se habian acabado las vacaciones y que debía enfrentarme al cambio de casa, miles de sensaciones llenaron de agua mis emociones. Después de todo, el lugar en el que vivo estos últimos días, ha sido el lugar en el que más tiempo he residido, fuera del vientre y techo materno.
Mis amigas dicen que todo cambio es para mejor, que donde vaya siempre ese será mi lugar, que me esperan cosas nuevas, que todo dice que lo mejor es marchar, etc.. Yo no niego todo esto, es más, efectivamente tienen toda la jodida razón, pero tambien diré que mi estado de sensibilidad a flor de piel, viene por otro lado; se trata de los apegos del mal , que de manera conciente o inconciente no los había sopesado, no había notado que claro, el lugar es el mismo, pero que mi historia, lo hizo MI lugar, tiene mi sudor, mis susurros, mis ronquidos, mis risas estrepitosas, mis angustias, miedos, deseos y culpas. Y tambien, obvio, tiene miles de cosas de las personas que estan o estuvieron apegados a mi, tanto como para compartir mi cama y el calor de mi pieza. A veces mi cuerpo, a veces mis brazos, a veces, si señor, a veces tambien mis babas. Estuvieron el tiempo justo y preciso, y también todo lo que dejaron, se guarda en esas mismas paredes.

Nota del insidioso editor: Aquí es donde todos nos sonreímos culpable y deliciosamente al decir "si esas paredes hablaaaran, conchesumadre!". Dil Mal, we-ón.

En el fondo son marcas de mi territorio emocional y espiritual, son como los rasguños de cualquier felino que marca la esquina de su cuvil, para que todo otro felino que se acerque sepa sin lugar a duda alguna, que ese, precisamente, es el lugar meado por un Lince como Una.
Y como persona que no se conforma con una mirada, ni con un solo comentario, doy vuelta la moneda, y en este mismo estado sensible pienso que claro, como ese es mi lugar y tiene todo de mí, al irme, ya no tengo pista alguna que dejar, no hay anzuelo. Umbilicalmente hablando, existiría un corte.

Nota del filosófico editor: ¿Te das cuenta de lo mucho podemos maldecir a Murphy?, pero dadas las cosas que han pasado, creo que es tiempo para arrancar la última hoja Es hoy por hoy. Si no puedes darla vuelta, se elimina, that's simple.

De ahí que algunas desiciones que he tomado estos días, tales como limpiar más de algún rincón ocupado, se haya hecho con la sonrisa más plena que se haya dado en estos días. Como nos cambia la vida, use Corega, estimada, de verdad que cambia, JAJAJA.

-Me gustan los años impares.
-He vuelto a controlar mis sueños.
-Me obsesiona el poder.

Nota con levantá de ceja del editor: ¿y eso a que viene?

No lo sé, solo sigo con mi egolatría. Parece que quiero escribir de ello en alguna otra ocasión, y es mejor anotar para no olvidar.