Esto que ud leerá a continuación:

No es un libro de cuentos, pero tampoco es algo serio. No es un enlace de actualidad, no quiere analizar el mundo ni arreglarlo. Solo es el reflejo del tiempo libre (ocio) que tiene esta persona que escribe y que es a la vez el editor y diseñador. Si le gusta la apariencia de "esto" y quizas le gustaría intervenir en lo "vuestro", ya sabe donde dejar el mensaje, despues del bip.

Nota del editor: eso de "esto" interviniendo en lo "vuestro" puede ser muy sugerente...para algunos.
Nota del escritor al editor: Tu mente, tu mente!

Ahora, Ud., nada más tiene que leer

asdf

L moment (2)

marzo 20, 2008

 

Llegué a ese dibujo como llega el mar a su orilla. Seguí la corriente y apareció de la nada, ese dibujo a tinta sobre papel, blanco y negro perfecto, con un solo detalle en rojo que podría haber sido perfectamente un garabateado con su sangre, dado el color. Allí, frente a mis ojos. Precisamente allí, yo sin previo aviso, Guerre Esthétique de mi oh tan apasionadamente amado Eugenio Salvador Dalí. Convulsionó mi cuerpo en silencio, lo primero en mí fue un estrépito sordo de vértigo incontrolable y sentí que me agarraban mil agujas, jalando de mi cuerpo hacia atrás, los costados, hacia delante muy fuertemente. Mi pulsión absoluta fue de un frenesí agobiante, se me acumuló la sangre en la garganta y la estrujó al punto que mis ojos, hasta ese entonces abiertos, pasmados, abismados; parpadearon lento y noté que se habían atiborrado de lágrimas. Sentí mis piernas de paño, algodón y nada. Precisos aquellos brazos que se encargaron de sostenerme mientras yo sentía que me perdía en su trazo seguro, exacto, impertinente –incluso- y para qué decir petulante. Mis manos se enfriaron, mis extremidades adormecidas no reaccionaron en unos buenos minutos, mi mandíbula colgaba temblorosa y todo mi cuerpo era un péndulo suave movido, única y exclusivamente, por el recorrido de aquellas líneas que –en rigor- no eran más que tinta. Tinta sobre papel, una vez más y yo allí, frente a ella. Mi cabeza se escurrió tan rápido por mis ojos que sentí mi cabeza llena de vacío, al borde de la explosión. “Estoy yo aquí de pie, frente a él”, comenzó a recitar mi bibliotecaria. “Yo, precisamente, frente a su mano, a sus células epiteliales en ese papel del cual sólo me separa un vidrio y años de genialidad… Ese gesto tan potente que perturba, esa mancha de tinta incontrolada que resulta ser de lo más perfecto, esa firma doble”. No sé cuánto tiempo se me fue suspendida frente a ese dibujo, reaccioné lento secándome las mejillas, los ojos. Suspiré y noté que el aire no había entrado del todo a mis pulmones en un buen rato. Aclaré mi garganta que empezaba a distensarse. Miré, irremediablemente, el piso de parqué del Bellas Artes y se avecinó sobre mí una suave depresión lógica después de la fruición absoluta. Necesaria. Con una sonrisa escuálida, sin embargo sincera y profunda, recordé a Breton: “La belleza será convulsiva o no será”.

2 corrieron una teja en mi tejado:

C. dijo...

Fruición.

Rubilar dijo...

Fue por decir lo menos?.. SUBLIME... si señor..

Eso de ver los trazos de Miró..

Mis babas, mujer!..





Adorarte a ti!

=B